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+ LEER MÁSEl mundo de las inversiones y la economía global enfrentan un año lleno de incertidumbres y cambios. Para entender mejor qué esperar este año, vamos a explorar algunos temas claves que podrían definir la dirección de los mercados globales.
Primero, hablemos sobre el estado de la economía. La pregunta en la mente de todos es: ¿Cómo terminará este año la economía global? Tenemos tres posibilidades: una desaceleración temporal en la actividad económica, un aterrizaje suave, o incluso una recesión. La idea de un «aterrizaje suave» parece ser la más probable en el corto plazo. Esto significa que, aunque la economía de lugares como Estados Unidos muestra signos de desaceleración, especialmente en el empleo y los servicios, y China enfrenta su propio conjunto de desafíos, incluyendo un crecimiento más lento y problemas en el sector inmobiliario, la economía global podría ajustarse de manera menos dolorosa de lo esperado.
Un factor que podría influir positivamente es el avance tecnológico, como la digitalización y la inteligencia artificial. Estas innovaciones prometen aumentar la productividad, pero aún es incierto cómo y cuándo se manifestarán estos beneficios completamente, y si serán suficientes para contrarrestar otros factores negativos, como las altas tasas de interés.
Hablando de tasas de interés, se espera que estas comiencen a bajar y que la inflación se normalice a lo largo del año. Sin embargo, estos cambios serán graduales, y no se anticipa que los bancos centrales, como la Reserva Federal en EE. UU., adopten una postura más laxa hasta que la inflación muestre una tendencia a la baja sostenida.
Otro tema importante es cómo la economía y los mercados se adaptarán a los cambios geopolíticos. Las tensiones entre potencias como China y Estados Unidos, junto con otros conflictos globales, requieren una estrategia de diversificación por parte de gobiernos y empresas. Estos desafíos geopolíticos, junto con los riesgos digitales y climáticos, podrían tener un impacto significativo en la economía mundial.
El 2024 también es un año crucial debido a las elecciones en varios países, incluidos aquellos que representan una gran parte del PIB global: Presidenciales en Taiwan (enero), Indonesia (febrero), Rusia (Mayo), Ucrania (Marzo), Generales en India (Abril), Presidenciales en México (Junio), Parlamentarias en Europa (Junio), Presidenciales en Estados Unidos (Noviembre) y Generales en Diciembre en Reino Unido.
Estos procesos electorales pueden traer sorpresas y cambios en las políticas económicas, especialmente en un mundo donde los extremos políticos están ganando terreno.
Finalmente, después de un período de ganancias en los mercados, se ha vuelto prudente reducir el riesgo en las inversiones. Las expectativas de desaceleración económica, junto con precios altos en los mercados y una visión pesimista de las empresas sobre sus perspectivas, sugieren que podríamos estar entrando en un período de mayor cautela.
En resumen, el año promete ser uno de transición, donde la adaptabilidad y la prudencia serán clave. Aunque hay esperanzas de evitar una recesión profunda gracias a la tecnología y una gestión económica cuidadosa, los inversionistas y las economías deben prepararse para una variedad de posibles escenarios, manteniendo un ojo en las tasas de interés, la inflación, los cambios geopolíticos, y el clima electoral.
Afortunadamente, la dinámica actual del mercado ofrece suficientes oportunidades para mantener una posición defensiva mientras se sigue teniendo exposición a las oportunidades de crecimiento a largo plazo en los temas estructurales que están reconfigurando la economía global.
El hecho de que los indicadores económicos cambien tanto, ya sea mostrando un progreso o un retroceso sugiere que la calidad debe ser una prioridad en los portafolios multiactivos. Para las acciones, esto significa tener exposición a compañías capaces de generar crecimiento en sus ganancias consistentemente a lo largo del ciclo. En renta fija, los inversionistas pueden inclinarse nuevamente hacia bonos de alta calidad crediticia para generación de ingresos y diversificación contra las acciones. La diversificación entre clases de activo adquiere una importancia elevada bajo tales condiciones, con estrategias alternativas no correlacionadas (o que se comportan distinto) a las acciones y bonos jugando también un papel relevante. Pensamos que la deuda privada es una excelente opción.
Finalmente, al intentar explicar la economía boyante de 2023, a menudo se hace referencia a los largos y variables retrasos del ajuste monetario por parte de los Bancos Centrales. Hasta ahora, en este ciclo, estos retrasos están resultando ser más largos y variables que nunca, en parte debido a la resiliencia del consumidor estadounidense, tradicionalmente un motor de crecimiento para la economía global. Tememos que esto no durará, especialmente con el agotamiento de los estímulos de la era de la pandemia y un consumo reciente cada vez más impulsado por la deuda. Esperamos que 2024 sea un año de reacciones en cadena, a medida que las tasas más altas y un consumidor debilitado converjan con cambios en la inflación, el empleo, el crecimiento y la geopolítica.
Y si queremos mirar más a largo plazo, pensando al 2030, la tecnología juego el rol principal y estos son los temas que hay que tener presente:
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