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Deuda Privada

En el actual escenario de disminución de tasas de interés en depósitos a plazo, los inversionistas buscan alternativas más rentables. En este contexto, la deuda privada emerge como una valiosa adición a los portafolios de inversión, ofreciendo resiliencia y rendimientos superiores en comparación con opciones más tradicionales.

¿Pero qué es la Deuda Privada?

La deuda privada abarca préstamos o deudas realizadas fuera de los mercados públicos. Este tipo de financiamiento se destina tanto a pequeñas como a grandes empresas, que optan por esta vía debido a su flexibilidad en términos y condiciones, así como a la menor regulación bancaria. La negociación directa entre las partes facilita acuerdos más adaptables que los préstamos convencionales del mercado.

Invertir en Deuda Privada: Diversificación y Rendimientos Atractivos

Anteriormente reservada a inversionistas institucionales y de alto patrimonio, la deuda privada ha ganado terreno en Chile gracias a su baja correlación con los mercados tradicionales. Esta característica la convierte en una opción atractiva, ya que proporciona una diversificación eficaz, reduciendo el riesgo total de un portafolio y estabilizando su rendimiento en periodos de volatilidad.

La accesibilidad a esta clase de activo se ha facilitado mediante fondos de inversión especializados, gestionados por profesionales que seleccionan y agrupan las mejores oportunidades del mercado.

Actualmente las inversiones en carteras de facturas se han destacado por su resiliencia en diferentes ciclos económicos. Estas inversiones ofrecen retornos que generalmente superan a la renta fija local, con una menor volatilidad. Las facturas proporcionan capital de trabajo a empresas que a menudo se ven excluidas del sistema bancario tradicional, principalmente a través de empresas de factoring.

El factoring, un método de financiamiento que permite a las empresas recibir el pago inmediato de sus facturas a cambio de una tarifa, libera liquidez y asume la responsabilidad de cobrar las facturas. Esto no solo estabiliza el flujo de efectivo de las empresas, sino que también les brinda la oportunidad de reinvertir en sus operaciones, impulsando así el crecimiento económico.

Al invertir en fondos de facturas, la diversificación juega un papel crucial. Permite agregar rentabilidad y minimizar el riesgo a través de la distribución en diversas industrias, deudores o clasificaciones crediticias. Esto se traduce en un enfoque estratégico que busca maximizar los rendimientos mientras mantiene un nivel aceptable de seguridad.

En resumen, la deuda privada, especialmente a través de inversiones en facturas, se está convirtiendo en el as bajo la manga de los inversionistas en busca de alternativas más rentables en un entorno de tasas de interés en declive. Su capacidad para ofrecer rendimientos atractivos y estabilidad en momentos de incertidumbre económica la posiciona como una opción clave en la construcción de portafolios diversificados y resilientes.